España no tuvo un buen comienzo de partido. Los hombres de Sergio Scariolo cometían fallos defensivos y les faltaba coordinación en su juego, al contrario que los venezolanos, que saltaron a la cancha con las ideas bastante claras. Venezuela encontraba bastante hueco en la frágil zona española y Gregory Vargas se encargaba de anotar; otros jugadores como Anthony Pérez hacían que el combinado venezolano liderara de vez en cuando el luminoso, pese a que España lideraba el encuentro al finalizar el primer cuarto (20-17). En el segundo cuarto, el equipo sudamericano saltó a la pista más enchufado y dos triples de César García y uno más de José Vargas lanzaron arriba a Venezuela. Un tiempo muerto solicitado por Scariolo y la entrada en pista de Reyes y Pau Gasol, dotaron a España de más fuerza en la pintura y el juego ofensivo mejoró, de tal forma que el combinado español pudo llegar al descanso con una ligera ventaja en el luminoso (40-37).
Tras la reanudación, España seguía en un muy buen estado de forma y estableció una nueva máxima de ocho puntos. Venezuela empezó a notar el desgaste físico y la superioridad de los españoles no les dejaba hacer muchos, de tal modo que los pupilos de Scariolo hicieron lo posible por alejarse de su rival, aunque Venezuela se vino arriba y recortó la renta española tal y como reflejaba el marcador al final del tercer cuarto (63-58). En el último período, los venezolanos desplegaron su mejor juego y endosándole un 2-14 de parcial España pudieron ponerse por delante con seis puntos de ventaja a falta de tres minutos para la conclusión final. En el último minuto, España se puso las pilas y jugadores como Pau, Rudy y Reyes ayudaron a su equipo a hacer un 7-0 de parcial que igualaba todo en los últimos compases de juego. Hasta tal punto que tuvo que ser Reyes quien, sobre la bocina y al segundo intento, palmeara un balón muerto y diera la victoria a España en el instante final del partido.
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