Los Golden State Warriors dieron esta pasada madrugada un paso de gigante en su objetivo de lograr el anillo al vencer por 97-108 a los Cleveland Cavaliers en el cuarto partido de las Finales de la NBA disputado en el Quicken Loans Arena. Kyrie Irving (34 puntos) destacó en los Cavaliers y Stephen Curry (38 puntos) brilló en los Warriors.
El comienzo de partido tuvo mucha igualdad y tanto los Cavaliers como los Warriors apenas si cedían espacios. Ambos equipos se centraban en atacar y muy poco en defender, de tal modo que ninguno lograba alejarse del otro tal y como reflejaba el luminoso al final del primer cuarto (28-29). En el segundo cuarto, los de Cleveland se mostraron fuertes y bajo la dirección de Irving y los puntos de Lebron, los Cavaliers llevaban a cabo su juego ante unos Warriors algo flojos en defensa pero que en el apartado ofensivo registraban buenos porcentajes de acierto. El juego exterior de los de Oakland impedía que los locales se alejaran y de este modo se llegó al descanso con un marcador de 55-50.
Tras la reanudación, se mantenía la igualdad en pista aunque esta vez fueron los Warriors los que apretaron algo más en defensa y los Cavaliers mantenían el mismo esquema que hasta el momento le había valido para ir por delante. La gran labor de los Splash Brothers fue fundamental para que los visitantes le dieran la vuelta al partido y los locales no podían sobrevivir sólo con el buen trabajo de Irving; Lebron James estuvo ausente varios minutos y los Cavaliers lo pagaron al finalizar el tercer cuarto (77-79). Al último período se llegó con todo por decidir, hasta que los Warriors pisaron fuerte el acelerador y pasaron por encima de los de Cleveland, unos Cavaliers que sucumbieron al poder de su rival y que veían como los de Oakland seguían aumentando su ventaja para lograr la victoria final y poner el 3-1 en la serie.
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