Superioridad total de los Grizzlies desde el inicio del partido. Los Grizzlies dominaban bien el juego exterior y hombres como Barnes o Conley acertaban en sus lanzamientos, mientras que los Sixers fallaban mucho en defensa y eso que en ataque se mostraron acertados gracias a los puntos de Hollis Thompson, pero eso no fue suficiente para alcanzar a su rival y de este modo se llegó al final del primer cuarto con un marcador de 23-31. Algo más igualado estuvo el segundo cuarto, ya que los de Memphis mantenían su nivel de juego y los Sixers apretaron gracias a la aportación en la zona de Okafor, entre él y Randolph se vio un duelo en la pintura ganado por el pívot del equipo de Philadelphia y eso ayudó mucho a los locales a seguir de cerca a su rival al llegar al descanso del encuentro (47-53).
Tras la reanudación, todo volvió a la normalidad y los Grizzlies lograron mantenerse firmes y los Sixers pegaron su típico bajón volviendo a mostrarse como siempre; los puntos de Canaan ayudaban al equipo de Philadelphia a no descolgarse demasiado pese a que los locales no podían frenar el juego bajo los aros de Marc Gasol. Zach Randolph hacía una gran labor reboteadora y ayudó mucho a los de Memphis a aumentar su ventaja para llegar al final del tercer cuarto con un marcador de 66-77. No hubo nada a destacar en el último período. Los Grizzlies siguieron con su estilo de juego ante unos Sixers que no tiraron la toalla y lucharon para intentar maquillar el resultado, lo consiguieron pero suman su derrota consecutiva número 11 y se colocan 1-29 con el peor inicio de temporada de cualquier equipo de la historia.
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