La excelente efectividad de los Celtics desde el perímetro se hizo notar desde el inicio de partido. Jugadores como Crowder o Bradley anotaban los triples y eso permitió al equipo de Boston obtener amplias ventajas desde los primeros minutos de partido y eso provocó que los locales se fueran al final del primer cuarto con un marcador favorable de 34-26. En el segundo período, los Wolves lo intentaban de todas las maneras y cuando no era Towns en la zona era Wiggins en los lanzamientos de campo; ambos jugadores lo hacían bien, pero la buena estrategia ofensiva de los Celtics resultaba muy fructífera y el equipo de Minnesota seguía muy por detrás de su rival. Los Timberwolves, al contrario que su rival, no se mostraban muy afinados en los triples y se veían obligados a subsistir de otra manera; Dieng en la pintura o LaVine dirigiendo no eran suficientes y se llegó al descanso con un resultado de 60-53.
Tras la reanudación, el equipo de Bostón aumentó más su juego en defensa y manteniendo la misma intensidad en ataque, los Celtics aumentaron su renta de puntos de forma considerable; David Lee o Zeller se sumaron a las anotaciones del equipo local, mientras que los Wolves se iban disolviendo como un azucarillo al llegar al final del tercer cuarto (92-72). En el último período, los Celtics se limitaron a defender lo logrado hasta el momento y los Timberwolves a intentar el milagro de la remontada y que finalmente no consiguieron. Con este triunfo, los Boston Celtics ponen fin a una pequeña racha de tres derrotas seguidas y los Minnesota Timberwolves no pudieron lograr su tercera victoria consecutiva.
En Twitter: @Danielbm200
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