Comienzo de partido muy igualado para ambos equipos, pese a que los Wolves llegaron a hacer parciales de 0-10 y 6-18. Tanto los Spurs como los Timberwolves apenas cedían espacio, por lo que no había un claro dominador y la defensa y ataque de ambos conjuntos era formidable. Bajo la dirección de Ricky Rubio y los puntos de Wiggins, el equipo de Minnesota hacía su trabajo ofensivo y el base galo Parker y el escola argentino Ginobilli, hacían lo mismo para el equipo tejano y de este modo se llegó al final del primer cuarto con un marcador ajustado de 26-27. Todo se mantuvo igual en el segundo cuarto, con ambos equipos muy parejos e iguales en casi todos los aspectos de juego; quizás los Wolves se mostraron más fuertes en los rebotes y eso le ayudó mucho a seguir por delante al llegar al descanso (50-52), ante unos Spurs muy acertados en los tiros de campo.
Tras la reanudación, la igualdad seguía presente en la pista aunque los tejanos se estaban mostrando más feroces en ataque; Marjanovic hacía un buen trabajo bajo los aros y contaba con la ayuda exterior de Leonard y Patty Mills. En los Wolves el canadiense Wiggins anotaba junto a Garnett o LaVine, pero los Spurs hicieron una mejor defensa y eso les ayudó a darle la vuelta al marcador y acabar el tercer cuarto liderando con una ligera renta el luminoso (76-72). En el último período, los Timberwolves prosiguieron luchando contra unos Spurs que no bajaban la guardia en ningún momento, pero los de Minnesota acabaron algo agotados en los últimos minutos del encuentro y eso ayudó al equipo de San Antonio a conseguir el triunfo final. Con sus 18 victorias consecutivas los Spurs igualan a los Blazers (1978) y Rockets (1986) como los únicos equipos del Oeste en empezar una temporada 18-0 como locales.
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