Fue un partido muy igualado de principio a fin y los Pelicans tuvieron el mando durante la mayor parte de él. Los de Nueva Orleans se mostraban fuertes tanto en la zona como en el exterior, mientras que los Bulls no hacían un juego intenso y eso favoreció mucho a los visitantes para llegar al final del primer cuarto liderando el marcador (20-28). En el segundo período se igualó más la contienda y los puntos de Aaron Brooks permitieron a los de Chicago acercarse más a su rival, unos Pelicans que controlaban bien la situación y no bajaban su intensidad de juego, por lo que los visitantes se fueron al descanso con un resultado favorable pero ajustado de 42-45; este marcador dejaba claro que en este cuarto las defensas habían prevalecido sobre los ataques.
Tras la reanudación, los Bulls salieron a la pista algo mejorados y la buena labor de Pau Gasol en la pintura y el acierto exterior de Butler, permitieron al equipo de Chicago seguir de cerca a sus oponentes. Los Pelicans en ningún momento bajaron la guardia y los puntos de Evans y el excelente trabajo de Anthony Davis permitieron a los de Nueva Orleans volver a despegar de nuevo para seguir liderando el encuentro al término del tercer cuarto (64-70). Igualadísimo último período, ya que ninguno de los dos equipos daba tregua. Los Bulls intentando la remontada y los Pelicans defendiendo lo logrado hasta el momento. La agonía máxima llegó a falta de 40 segundos para la conclusión final, donde el partido se empató a 94, pero los tiros libres anotados por Brooks y Rose ayudaron a los de Chicago a remontar y a conseguir la victoria.
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