Los hombres más bajos de los Warriors destrozaron por
completo a la defensa de los Cavaliers, que no funcionaron bien en casi todo el partido y a pesar de que al inicio tuvieron ventaja, la máquina encestadora del
equipo de dirigido por Steve Kerr comenzó a funcionar y lo concluyó el primer cuarto con un marcador de 24-31. En el segundo cuarto, los de Ohio seguían sin reaccionar y cometían numerosos fallos tanto en defensa como en ataque. En cambio los Warriors demostraban ser el mejor equipo de la liga y hacían un buen trabajo ofensivo y defensivo; Draymond Green fue el más anotador del equipo de la Bahía en esta primera parte y al descanso se llegó con un marcador de 42-54.
Tras la reanudación, los Cleveland Cavaliers vieron impotentes como un triple de los Warriors les alejaba más. Tan sólo Lebron James brillaba en los Cavaliers y le acompañaba el ruso Mozgov con una buena labor en la pintura. Se echó en falta un buen partido del base Dellavedova, por lo que los de Cleveland estaban flojos en la dirección de juego. En los de Oakland, Harrison Barnes cuajó una buena actuación y lo hizo bien especialmente en defensa, por lo que los Warriors seguían manteniéndose al frente; los Cavaliers tuvieron una pequeña reacción y recortaron algo la ventaja visitante para acabar el tercer cuarto con un marcador que dejaba alguna esperanza de poder remontar (70-76). En el último período, el juego de los Warriors seguía siendo demoledor y Stephen Curry era una máquina de anotar; le seguía Iguodala y de esta forma recordaba al Kawhi Leonard que el año pasado logró el anillo con los Spurs. Los Cavaliers estaban completamente dormidos y apenas si pudieron despertar. Los visitantes no tuvieron piedad alguna de su rival y a falta de tres minutos el partido estaba ya sentenciado a su favor. Con este triunfo, los Golden State Warriors empatan la serie (2-2) para recuperar de nuevo el factor cancha y tener más opciones de llevarse el anillo de campeón.
En Twitter: @Danielbm200
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