El partido comenzó con triples y el primer jugador en acertar fue Vangelis Mantzaris en las filas griegas mientras que Vorontsevich respondió y encadenó cinco puntos consecutivos para el equipo ruso. El equipo dirigido por Itoudis estaba haciendo un buen trabajo en la pintura, ya que los moscovitas eran conscientes de su superioridad en la zona aprovechando que los interiores griegos no andaban muy fuertes. El Olympiakos era todo lo contrario, sus tiros eran todos por fuera y en la zona. no podían con los interiores del equipo ruso. Sólo Printezis era capaz de superar a la defensa rival y mantenía a flote a los helenos, que ni controlaban el rebote ni tenían acierto, pero con un ritmo de juego pausado hacía pensar que dominaban el tempo de partido. La diferencia de puntos entre ambos equipos era muy escasa, de tal modo que el Olympiakos logró empatar el encuentro gracias a las canastas de Lafayette y Papapetrou, pero los helenos acusaban mucho que Spanoulis no estuviera actuando bien y el CSKA Moscú se llevó el primer cuarto (20-17). En el segundo cuarto, las canastas de De Colo y Aaron Jackson hicieron que los moscovitas se alejaran un poco en el marcador obligando a Sfairopoulos a solicitar un tiempo muerto para el Olympiakos. La entrada a la pista de Petway dio otro aire a los helenos, que jugaron mejor en defensa y de este modo pararon bastantes acciones en ataque del CSKA Moscú e incluso ponerse por delante. Si Spanoulis no estaba en el Olympiakos, Teodosic brillaba por su ausencia en las filas rusas; el base serbio tuvo que ser sentado en el banquillo porque cometía numerosos fallos y el colmo fue cuando un triple de Printezis y un mate de Otello Hunter hacían que de nuevo a los griegos lideraran el luminoso. Los puntos acertados en los tiros libres permitieron al CSKA marcharse al descanso con una ligera ventaja (36-35).
Tras la reanudación, el CSKA Moscú tuvo un buen comienzo y castigaba a un Olympiakos que seguía algo dormido en la cancha. El galo De colo entró a la pista y combinando una buena dirección de juego y sus puntos logró que los moscovitas se estiraran un poco más en el marcador forzando un tiempo muerto de Sfairopoulos. El Olympiakos se ahogaba en ataque cada vez que tenía la posesión y en parte era por la alta intensidad mostrada por el equipo ruso que hacía que los hombres de Itoudis lograran hasta ocho puntos de renta. Los helenos reaccionaron rápidamente y un 2+1 de Sloukas, un triple de Printezis y la entrada de Agravanis permitieron al Olympiakos endosar a su rival un 2-8 de parcial para colocarse a dos puntos. El CSKA Moscú necesitaba garra de nuevo y gracias a varios triples seguidos pudieron alejarse un poco de los griegos y llegar al final del tercer cuarto con un marcador de 51-47. En los primeros minutos del último período, el CSKA Moscú volvía a vivir un buen momento y en parte era porque el equipo aumentó un poco su renta de puntos y porque en el Olympiakos no aparecía Spanoulis; el juego del equipo heleno no convencía nada y para colmo sus jugadores exteriores estaban muy desacertados, de tal manera que era imposible pensar en una remontada. Pero ya sabemos que el Olympiakos nunca se rinde y Spanoulis surgió de las cenizas, sus puntos y ayudado un poco por Mantzaris, permitieron al equipo helenos a ir recortando la ventaja moscovita hasta ponerse por delante; un parcial de 0-10 puso un resultado de 63-64 a falta de pocos minutos para la conclusión final e Itoudis solicitó tiempo muerto para frenar la sangría. Sony Weems logró empatar el encuentro a 66 puntos con segundos para finalizar, pero el Olympiakos jugó y se encomendó a Spanoulis y la estrella del equipo de El Pireo obró el milagro de la remontada que valió el pase del equipo heleno a la final.
En Twitter: @Danielbm200
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