Ambos equipos comenzaron el partido muy centrados en defensa. Los Grizzlies eran liderados en la dirección de juego por Courtney Lee y Marc Gasol se ocupaba de la tarea ofensivo-defensiva, mientras que los Blazers contaban con la dirección de McCollum y el buen trabajo interior de Aldrige; el encuentro estaba muy igualado tal y como reflejaba el luminoso al finalizar el primer cuarto (20-20). En el segundo cuarto, los Grizzlies pisaron fuerte el acelerador y la buen labor en la pintura de la pareja interior Randolph-Gasol y los puntos de Jeff Green, ayudaron mucho al equipo de Memphis a estirarse en el marcador. Los Blazers no estaban muy finos precisamente, sus principales jugadores estaban desaparecidos y eso se notó mucho en el equipo de Oregón; los de Portland estuvieron un tiempo sin anotar y los Grizzlies lo aprovecharon aumentando su renta de puntos al llegar al intermedio del encuentro (46-39).
Tras la reanudación, los Blazers salieron a la pista mostrando otra cara y con sus estrellas muy acertadas de cara al aro. LaMarcus Aldrige fue el líder del equipo de Portland, su buen trabajo ofensivo más la buena dirección y los puntos de Lillard, permitieron que los de Oregón fueran poco a poco acercándose a su rival. Los Grizzlies se vieron desbordados ante el gran juego desplegado por los de Portland, la defensa del equipo de Memphis hacía aguas constantemente y para colmo el ataque no funcionaba bien, tan solo Marc Gasol ayudó a que su equipo no fuera remontado de forma inmediata y de este modo se llegó al final del tercer cuarto con un marcador de 68-66. En el último período, los Grizzlies hicieron lo justo y necesario para llevarse la victoria y combinando defensa y ataque mantuvieron a raya a unos Blazers que lucharon mucho y en ningún momento se dieron por vencidos.
Los Memphis Grizzlies se llevan la serie de cuartos de final por 4-1, alcanzan las semifinales de la Conferencia Oeste por tercera vez en cinco años y se medirán en ellas a los Golden State Warriors.
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